COMUNICAR EN AMBIENTES LABORALES TÓXICOS
COMUNICAR EN AMBIENTES LABORALES TÓXICOS
La falta de comunicación o una comunicación muy deficiente es lo que convierte en tóxico un entorno de trabajo. Y, del mismo modo que la comunicación forma parte de la raíz del problema, también está en la esencia de la solución.
Detectar un ambiente laboral tóxico es sencillo para quien pone por primera vez un pie en una oficina. Se intuye no sólo por la actitud de los trabajadores -negativa, anodina, a la defensiva, estresados…- sino por la tensión que pesa en el ambiente y que afecta inmediatamente al recién llegado. En pocos días, el empleado detecta conversaciones soterradas, escucha más rumores que mensajes claros e identifica cómo puede acceder a canales informales de información.
El resultado es una comunicación ineficiente que complica aún más el día a día y que conlleva graves riesgos psicosociales. El estrés, los trabajadores quemados y el acoso laboral promueven un ambiente de trabajo que afecta seriamente a los empleados y a su productividad.
Reconstruir los canales de comunicación para que sean efectivos es una tarea laboriosa que debe asentarse en managers con ciertas dotes de liderazgo y empatía. Deben reconocer el trabajo de sus empleados a diario, motivarles y construir espíritu de equipo. Deben saber detectar conversaciones soterradas y rumores en ciernes; es más, deberían poner en marcha una comunicación basada en mensajes claros que ni tan siquiera diese cabida al rumor. Y deben ser didácticos y empáticos, especialmente, en momentos de transición para la empresa, como los momentos de crisis y los procesos de cambio organizaciónal.
Poner en marcha una estrategia de comunicación ambiciosa para crear ambientes de trabajo saludables no es una utopía. Ni es sólo una herramienta para que la plantilla sea más productiva. Es una cuestión ética.