CUÉNTAME UN CUENTO
CUÉNTAME UN CUENTO
Usar historias en momentos precisos de nuestras conversaciones de trabajo o discursos permite emocionar a quien nos escucha y, en ocasiones, moverle a la acción.
Escuchar historias forma parte de la vida del hombre desde la Antigüedad. Una historia enriquece a quien la escucha, especialmente, si es emocionante y se la cuentan con pasión. Por eso el storytelling o la narración de historias es más que un adorno en un discurso o un chascarrillo en una conversación.
De hecho, podemos encontrarnos con discursos completos insertados en una historia. El mensaje corporativo queda, aparentemente, en un segundo plano mientras la historia que contamos copa todo el protagonismo. Sin embargo, esa historia refuerza el mensaje que queremos trasladar y lo presenta envuelto en emociones, de modo que el discurso genera un impacto aún mayor. No se trata de vincular sí o sí nuestras conversaciones de trabajo o nuestros discursos corporativos al storytelling, pero sí saber cómo y cuándo usarlo para reforzar nuestro mensaje.
Sin duda, las historias más efectivas son las que hemos vivido en primera persona, porque llevan una carga de emoción añadida que sale a flote cuando las narramos. El Cuéntame un cuento y verás qué contento de la canción de CELTAS CORTOS es una realidad en la comunicación corporativa. Una buena historia, narrada con emoción, es capaz de acortar la distancia imaginaria entre quien la pronuncia y quien la escucha, genera empatía y resulta inspiradora. Otro día os cuento cómo se usa para construir y fortalecer el liderazgo.