INTERNACIONALIZAR Y COMUNICAR
INTERNACIONALIZAR Y COMUNICAR
Conquistar mercados más allá de nuestras fronteras requiere una estrategia de comunicación específica para cada uno de los países donde queremos instalarnos.
Es imprescindible una buena estrategia de comunicación para asegurar el éxito del proceso de implantación de una empresa en un nuevo mercado. Necesitamos presentarnos y dar a conocer nuestros servicios como una solución ad hoc para sus necesidades.
No es recomendable relegar la comunicación al país donde se encuentra la matriz de nuestra empresa. Una compañía que opta por internacionalizarse necesita estudiar en profundidad el nuevo mercado, las características de sus clientes potenciales y a sus competidores.
No se trata de repicar a miles de kilómetros los mismos mensajes que difundimos en casa, pero traducidos a otro idioma. Es imprescindible construir una estrategia de comunicación a medio-largo plazo cimentada sobre un profundo conocimiento del país en el que queremos implantarnos y de nuestros potenciales clientes.
Mensajes claros, dentro y fuera de la empresa
Una vez definido nuestro público objetivo, debemos construir un mensaje conciso y con gancho. Lo importante es la sustancia, el contenido del mensaje: dar a conocer con claridad los servicios de la empresa, subrayar sus puntos fuertes frente a sus competidores y explicar sus éxitos en otros países donde tiene presencia.
En un proceso de internacionalización, donde formamos nuevos equipos para trabajar juntos pensando en el largo plazo también es imprescindible trabajar la comunicación interna. Conseguir que sea un elemento de cohesión que facilite la implantación de la empresa y que dinamice su relación con clientes y proveedores.
Y, una vez alcanzados ambos objetivos, debemos desarrollar estrategias de comunicación digital (detectando nuestros públicos objetivos en el ámbito digital), respuestas a situaciones de crisis, formación de nuestros portavoces… Tenemos que adaptar todas y cada una de las líneas de comunicación de la empresa en el país de origen al nuevo mercado. Y, en su idioma, si no es el nuestro. Un reto laborioso que complementa al esfuerzo comercial y que contribuye a asegurar el éxito del proceso de internacionalización de la empresa.