LO QUE UN APRETÓN DE MANOS ESCONDE
LO QUE UN APRETÓN DE MANOS ESCONDE
El lenguaje corporal es una de las herramientas de comunicación más potentes. El apretón de manos puede servir para construir una imagen de fortaleza e incluso de dominio respecto al adversario.
Precisamente porque el encuentro entre dos pesos pesados de la política o de la empresa es un momento que va a ser inmortalizado, el saludo es un momento clave. Importa quién extiende la mano primero, porque actúa de anfitrión. Importa quién la estrecha primero, porque toma ventaja y predispone al público en su favor. E importa la fuerza del apretón de manos, porque sirve para mostrar dominio respecto al interlocutor.
Es una cuestión de actitud que ha quedado en evidencia en los dos encuentros que han mantenido estos días Trump y Macron. En un primer encuentro, Trump extendió la mano a Macron y lo atrajó hacia sí con semejante énfasis, que el presidente francés usó la mano izquierda para acompañar el saludo y darlo por terminado cuanto antes. En un segundo encuentro, conocidas las formas del presidente de Estados Unidos, Macron le ofreció la mano, esperó a que Trump acercase la suya y el presidente francés la retuvo. Viendo los videos que os he enlazado, vais a intuir en qué posición queda cada líder en esos momentos tan mediáticos.
Geopolítica entre las manos
A cuenta del interés que ha despertado el lenguaje corporal tras el paso de Trump por Europa, he recordado un libro muy interesante del psiquiatra belga Gustavo Basterrechea. Se titula «La poignée de main» («El apretón de manos») y explica las claves de este gesto espontáneo que, en momentos mediáticos e históricos, se usa para presentarse y mostrar la posición. Os invito a ver la geopolítica a través de estos apretones de mano históricos.
En un apretón de manos, importa la altura a la que se lleva a cabo: cuanto más baja y más lejos mantengamos la mano que ofrecemos, menos satisfacción por encontrar al otro mostraremos. Apretar la mano y no mirar a los ojos durante el saludo demuestra falta de interés por el encuentro. Cuando incluimos en el saludo la mano izquierda, de modo que la mano del interlocutor queda entre las nuestras, mostramos paternalismo. Cuando la mano izquierda toca el brazo o incluso el hombro del interlocutor, mostramos dominio.
Dice Basterrechea que un apretón de manos activa 33 músculos y 22 articulaciones. Y eso que es un gesto espontáneo. Cómo lo llevamos a cabo muestra cómo vemos a nuestro interlocutor. Si el apretón de manos se produce en un momento histórico o mediático, retratará nuestra actitud mucho mejor que las decenas de cámaras que haya a nuestro alrededor.