LECCIÓN PARA EMPRENDEDORES
LECCIÓN PARA EMPRENDEDORES
SPIN 2016, el mayor encuentro de emprendedores universitarios de Iberoamérica, acaba de cerrar sus puertas firmando un nuevo éxito.Ha sido capaz de generar un espacio poco usual donde empresarios, rectores y responsables de universidades, estudiantes y emprendedores hemos reivindicado un nuevo modelo para evitar que los jóvenes se cuezan en su propia frustración viendo cómo se desperdicia su talento.
En una de las jornadas, tuve la oportunidad de conversar con Gustavo Santaolalla, el hombre que ha puesto música a historias que, sin ella, habrían sido la mitad de historias de lo que fueron: 21 gramos, Diarios de motocicleta, Brokeback mountain, Babel, On the road, Relatos salvajes… Ha recibido, entre otros, 2 premios Óscar y 17 Grammys.
Gustavo nos regaló una lección de emprendimiento a través de varias anécdotas impregnadas de humildad. Yo quiero rescatar una de ellas. Santaolalla es músico, pero reconoce que no sabe escribir notas en el pentagrama. Recibir un Óscar permite al galardonado entrar en la Academia de Cine directamente, pero cuando Santaolalla recibió ese premio, los puristas le cerraron la puerta. Cuando recibió su segunda estatuilla, se dirigió a uno de los responsables de la Academia, le agarró de brazo y en un inglés impregnado de acento argentino le espetó: “¿Crees que ahora sí podéis dejarme entrar?”.
Santaolalla nos enseñó varias lecciones sobre el emprendimiento: el emprendedor nace, se hace y se reafirma en cada uno de sus proyectos. Trabaja y vive a contracorriente y los éxitos que cosecha no implican que sea aceptado por aquellos que dominan el sistema que ha contribuido a mejorar con su trabajo. El error es un compañero del camino; pero cuando uno tropieza no debe pensar que ha fracasado, sino que ha aprendido una lección que le hará más fuerte.
Y así toda la vida. Hasta que dejemos de ser y ya no podamos cambiar ni un ápice de este mundo.