QUE NO SE VAYAN
QUE NO SE VAYAN
Esta semana he tenido la oportunidad de estar rodeada de talento. El miércoles presenté la ceremonia de entrega de los Premios Nacionales Santander YUZZ y coincidí con jóvenes que durante el último año han desarrollado proyectos innovadores para facilitar la vida, en muchos casos, de quienes atraviesan una situación muy complicada.
Yolanda y Edurne, las ganadoras, llevan años trabajando en una sustancia que recubre la medicación contra el cáncer para conducirla únicamente hacia las células malignas. Actualmente, la quimio no distingue entre células cancerígenas y células sanas y por eso provoca un gran sufrimiento al paciente, especialmente, si es un niño.
Los finalistas de estos Premios Santander YUZZ acaban de llegar de Silicon Valley (California), referencia mundial en el ámbito del emprendimiento. Allí contaron sus proyectos, sedujeron a expertos, hicieron contactos y regresaron.
Y tengo la sensación de que eso fue lo peor. Regresar a un país que parece no tener cabida ni futuro para ellos. En muchos de los discursos de los premiados ni tan siquiera se aludía a los poderes públicos para pedirles ayuda. Sienten que no están dispuestos a ayudarles. Los ganadores pedían ayuda al sector privado con la tenacidad de quien va a quedarse para seguir investigando si un extranjero no lo evita y le tiende una alfombra roja para desarrollar su proyecto en otro país. La frase más repetida por los asistentes fue: “Que no se vayan”.
En estos días en los que intuimos quién presidirá la próxima legislatura y andamos enredados en quiénes se abstendrán y quiénes votarán no y cómo justificarán su postura… Invito a ampliar nuestras miras. Y a reivindicar un futuro digno para nuestros jóvenes. Llenos de talento. Empeñados en quedarse y luchar por el sueño de hacer un mundo mejor para todos nosotros. Que no se vayan. No les dejemos marchar.